Cuando me llaman para alguna intervención en empresa, lo primero que me dice el cliente es
algo como “tengo un trabajador follonero que …” o “tengo una trabajadora toca-narices que
…”
Y esto es lo que sigue “… envenena al resto del equipo”, “… me amarga la vida”, “… consigue
espantar a los clientes”.
Empezamos a reflexionar juntos antes de trabajar sobre las diferentes posibilidades de
intervención.
– ¿Para qué le está sirviendo a tu empleado-a este comportamiento?
– ¿Está solo o quizás se está sintiendo respaldado por sus compañeros-as?
– ¿Qué necesidad le está faltando cubrir?
Detrás de cada trabajador follonero hay una historia, detrás de cada empresario hay otra.
Vamos juntos a buscar la mejor estrategia para crear una nueva historia de éxitos conjuntos
para el trabajador y para la empresa.