Solamente las personas que no se han acercado a una mesa de mediación, ni como partes
interesadas ni como acompañantes, son capaces de afirmar que la mediación va a perjudicar a
los ciudadanos obligándoles a realizar un trámite que va a enlentecer la resolución judicial y
perjudicar también a su bolsillo.
Vale, pues métase usted en un farragoso procedimiento judicial y enfánguese hasta las orejas
mientras ve como su tiempo, su energía, su bienestar y su dinero van desapareciendo en el
barro.
Como operadores jurídicos dejemos a los ciudadanos que se acerquen a la mediación y al resto
de MASC (métodos adecuados de solución de controversias) y que sean ellos los que decidan
sobre cómo quieren vivir la gestión de sus conflictos.
Otorguemos nuestra confianza a las personas mediadoras experimentadas. La Ley 1/2025 nos
da esa oportunidad, vamos a hacer uso de ella con buena fe y descubriremos si efectivamente
sirve a los intereses de las personas que confían en nuestro criterio. Solo desde el
conocimiento se puede opinar.